Federico García Lorca, un Plutón en el corazón del Sol

Federico García Lorca nació en Fuente Vaqueros —un pueblo de la vega de Granada próximo a la capital—el 5 de junio de 1898. Su partida de nacimiento recoge que el hecho ocurrió a las «doce de la noche», lo que ha dado lugar a una doble interpretación: algunos consideran que el nacimiento tuvo lugar al final del día y otros al comienzo de este. Me inclino por esto último, ya que la carta natal del poeta, levantada a las cero horas del día 5, dibuja muy bien su personalidad y los acontecimientos ocurridos en su vida. Lorca pertenecía a una familia acomodada; su padre era un próspero terrateniente liberal y su madre una maestra que le enseñó a leer a una edad muy temprana. El poeta recordaría esto años más tarde: «Mi infancia es aprender letras y música con mi madre, a ello le debo todo lo que soy y será».

Arrreglada

Federico tenía un fuerte atractivo personal. Los que lo conocían bien decían de él que poseía una vitalidad arrolladora, era entusiasta y expansivo, como corresponde a un Júpiter, regente de casa I y X. Uno de sus mejores amigos, Luis Buñuel, afirmaba: «De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero, tenía pasión, alegría y juventud». Por su lado, Juan Ramón Jiménez se refería al poeta en los siguientes términos: «Es una representación del entusiasmo».

Los planetas del gráfico se organizan en dos secciones a modo de reloj de arena que es el modelo planetario representado en su mapa natal. Este particular diseño pone de manifiesto una dicotomía entre esos dos sectores de la carta; en este caso, entre el hemisferio norte y el sur, de manera que el nativo intenta buscar un equilibrio entre su intimidad y su actividad más visible.  El patrón de actuación es, en cierta medida, libriano: el individuo va persiguiendo constantemente una armonía con el entorno. Muestra interés y disposición para adaptarse a la realidad en cualquier situación en la que se encuentre, flexibilidad que lo dota de un carácter conciliador. Libra es, precisamente, el signo donde se encuentra Jupiter, el regente de su carta. Si hacemos avanzar la carta en el sentido de las agujas del reloj, Júpiter es también el planeta guía en el hemisferio occidental y Marte en el oriental; ya que ambos están situados en las zonas limítrofes del modelo planetario. Estas dos energías se encuentran en relación de quincuncio, un aspecto de muy difícil integración, ya que requiere de un reajuste de energías. Hay una fuerte disonancia ahí entre la expansividad de Júpiter y su impulso masculino, Marte. Los dos planetas junto con Urano forman parte de una figura que conocemos como yod o dedo de Dios. Marte es el ápice de esta figura, circunstancia que lo convierte en planeta focal. En cierta manera, los individuos con una yod en su carta se sienten llamados a realizar alguna labor especial y abandonan sus quehaceres cotidianos para embarcarse en lo que ellos consideran su misión en la vida. Esta figura confiere un alto grado de rebeldía. Marte es, además, el único planeta de la carta que se encuentra domiciliado en casa II y rige también la casa IX, su filosofía de vida. Al hallarse en esta posición tan destacada, actuando como planeta focal, el impulso marcial se vuelve indoblegable. Conciliar esta energía con la de Júpiter en Libra no debió resultar nada fácil, aunque el sextil entre Júpiter y Urano facilita la expansión de esa individualidad suya tan original. Lorca luchó por defender sus propias creencias que no eran compartidas por la mayoría. Vivió de manera conflictiva la integración de su condición homosexual con su imagen pública.

La oposición demanda una toma de conciencia y un compromiso entre las energías en juego, aunque, de entrada, pone de manifiesto algún tipo de confrontación interpersonal. Un mapa natal en el que se halle un elevado número de oposiciones revela una tendencia a buscar un equilibrio personal especial, así como a una toma de conciencia y búsqueda de compromiso. En la misma naturaleza de la oposición está contenido el potencial necesario para alcanzar acuerdos e integrar distintas perspectivas que, de otro modo, resultaría complicado. La disposición natural activa la cualidad mutable, lo que orienta al individuo a un interés en las relaciones personales.

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Casa natal de Federico en Fuente Vaqueros (Granada)

El Sol en cúspide de casa IV fundamenta su identidad conectándolo con sus orígenes, con su propio linaje. Plutón está a tan solo siete minutos de la conjunción con la luminaria diurna. La condición de cazimi de cualquier planeta entraña una dignidad accidental ya que se encuentra, como decían los antiguos, en el mismo corazón del Sol, a lo que los astrólogos medievales atribuían un gran poder. El hecho consiste en una completa fusión entre las dos energías planetarias, una identificación total entre el ser y el genio que es Plutón, el planeta del sistema más alejado del Sol, el que encarna la extensión última de la conciencia. Plutón también simboliza el poder focalizador capaz de penetrar en el núcleo, persiguiendo alcanzar la esencia. Así mismo, Plutón revela la inteligencia grupal que trasciende al individuo. Esta conjunción propicia el liderazgo de algún movimiento de la época. En su caso, Federico García Lorca es la figura más representativa de la Generación del 27, considerada como la edad de plata de las letras españolas. La poesía de este grupo, y en especial la de Lorca, hunde sus raíces en lo autóctono, en la tradición popular para transmutarla, con un exquisito refinamiento, en un nuevo lenguaje, en una creación culta.

En su esencia transformadora, Plutón es susceptible de encarnar también la destrucción total. La conjunción se encuentra junto al bajo cielo, el punto más íntimo de la carta. La casa IV indica el hogar y el final de todas las cosas, la propia muerte. Lorca, el individuo que cooperaba con los movimientos más aperturistas e innovadores de la época, suponía una amenaza para los sectores involucionistas. Había denunciado públicamente las injusticias sociales, había colaborado con la Segunda República y era homosexual. Todo esto, junto a la notoriedad que había alcanzado su obra, hacían de él un símbolo de la modernidad, algo sin duda inquietante para los golpistas. Su muerte simbolizó el fin de esa apertura social y cultural. Fue víctima de un trágico final plutoniano, vengativo, propio de la España profunda, reaccionaria y conservadora que no aceptó lo que su figura representaba.

El símbolo sabiano del grado que ocupa la conjunción entre el Sol y Plutón, el 15º de Géminis, es: «Dos niños holandeses hablando». La clave del símbolo está precisamente en intercambiar experiencias, compartir intereses y valores con individuos de mentalidad e ideas afines, en encontrar almas gemelas. Esto lo conecta claramente con el grupo generacional al que perteneció y con el que compartía todo eso a lo que nos hemos referido. La Residencia de Estudiantes era el lugar donde convivía la élite intelectual de la época. Además de centro cultural, fue también un foro de debate y un espacio de encuentro, de intercambio y de diálogo sobre arte y ciencia en la Europa de entreguerras. En este lugar vivió y se formó Federico entre 1919 y 1926.

La casa de la creatividad está ocupada por Venus y regida por la Luna que se manifiesta en la casa más elevada, indicando su gran popularidad. Resulta muy significativo que dentro de la obra lorquiana la Luna sea el símbolo más recurrente, más visible, como corresponde al lugar que ocupa en la carta. Tanto el tema de la madre, como el de la maternidad, como el universo femenino en general se encuentran ampliamente representados en su producción teatral. Venus y la Luna se encuentran por encima de los límites de declinación solar, y su energía se expresa a través de una extrema sensibilidad que se refleja en toda su obra; lo hace recreando escenas en las que las pasiones se desbordan hasta acabar muchas veces en tragedia. La mujer lorquiana posee una personalidad fuerte, con ansias de libertad, sin miedo a romper barreras. Así son las protagonistas de los dramas La casa de Bernarda Alba, Yerma, Bodas de Sangre o Mariana Pineda, mujeres inconformistas que se enfrentan a situaciones límite por desafiar los convencionalismos sociales y rebelarse ante aquello que las oprime, sin importarles las consecuencias. Muy en consonancia con la manifestación de la energía de un planeta fuera de los límites de declinación.

Con una Luna rápida (15º11’33’’) y un Mercurio oriental al Sol, su química mental es ansiosa y ávida, y lo inclina hacia un entusiasmo intelectual, a una captación y asimilación rápida de los contenidos. Esta química mental a menudo se da individuos con rápidos reflejos, pero también impacientes que van saltando de un tema a otro sin detenerse demasiado en la reflexión.

Todos los planetas del mapa astrológico, al margen de los aspectos clásicos, están vinculados unos con otros a través de sus puntos medios. Cuando un planeta de la carta toca el punto medio de otros dos ˗dentro de un orbe muy estrecho˗, conecta con la fusión de esas energías. El punto medio entre Luna y Venus está relacionado con la expresión del talento artístico. Júpiter, que se exalta en Cáncer, se encuentra en conjunción exacta con este punto medio, Cuando el planeta de la expansión se halla en conjunción con ese lugar estratégico, Ebertin lo relaciona con el éxito artístico, como fue el caso de Federico.

La Luna, presente en casa X, está opuesta a Neptuno, formando ambos el aspecto tenso más exacto de la carta, el foco dinámico de su personalidad. Los individuos con esta oposición tienden a no saber muy bien dónde colocar los límites, absorben todas las energías circundantes, pero también están dotados de una sensibilidad especial para captar el sufrimiento de los demás, con los que son capaces de identificarse plenamente. Para integrar estas energías, se requiere un control de las emociones. Federico fue un gran defensor de los marginados, especialmente de los gitanos, y plasmó en su obra sus trágicos destinos.

Acababa de cumplir 38 años cuando el 14 julio de 1936, unos días antes de que comenzara la Guerra Civil, Lorca viajó de Madrid a Granada para refugiarse en su tierra, junto a su familia, intuyendo el peligro que lo acechaba. La guerra estalló y la ciudad cayó pronto en manos de los sublevados. Su orden de detención partió desde las más altas esferas, ninguno de sus influyentes amigos puedo hacer nada por él. Lo arrestaron el 16 de agosto y lo mataron en la madrugada del 18, en un barranco cerca de la localidad de Víznar. En el momento de su muerte, Saturno hacía cuadratura a la Luna y a Neptuno, Plutón a Marte y Neptuno, por su parte, a la conjunción entre Sol y Plutón, todo ello por tránsitos. Por direcciones de arco solar, Neptuno realizaba una cuadratura a Marte.

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La noticia del asesinato trascendió rápidamente, suscitando numerosas críticas por parte de la prensa y de los gobiernos extranjeros, lo que contribuyó a aumentar su fama hasta elevarlo a la categoría de mito. Precisamente Júpiter transitaba en ese momento por el medio cielo, el lugar más público de la carta.

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Bibliografía y fuentes

Fundación Federico García Lorca

EBERTIN, Reinhold: The Combination of Stellar Influences. American Federation of Astrologers, Tempe, 2014.

JANSKY, Robert Carl: Planetary Patterns. Astro-Analytics Pubs., 1977.

JONES, Marc Edmund: The Sabian Symbols in Astrology. Aurora Press, 1993.

JONES, Marc Edmund: Essentials of Astrological Analysis. Trafford Publishing, Lakehills, 2002.

MACIÁ, Tito: Astrología moderna: los aspectos exóticos o secretos. Biblioteca de Sirvienta, 2001.

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