Gran parte de la comunidad científica apunta al mercado de Wuhan como el epicentro en el que se originó la enfermedad del COVID-19 en las últimas semanas del pasado año. En ese momento empezaban a configurarse en el cielo una serie de alineamientos planetarios muy potentes que han ido perfeccionándose desde entonces, y que van a seguir haciéndolo a lo largo de los próximos meses. En 2020 se renuevan tres de los diez ciclos posibles entre los planetas lentos. Esta sucesión de nuevos ciclos que están coincidiendo en el tiempo son indicativos del fin de una época y de que se avecinan tiempos de cambio. La fase de transición en la que nos encontramos ahora es siempre un momento crítico.
Los astrólogos llevaban ya un tiempo comentando la peculiaridad de este periodo que estamos viviendo. Henri J. Gouchon y André Barbault habían identificado hace años, mediante el cálculo del índice cíclico de concentración planetaria, el pico del momento actual. Se trata de la caída más importante de todo el siglo XXI. Los picos registrados con estos cálculos han coincidido a lo largo de la historia con pandemias, desastres naturales, guerras y, consecuentemente, con crisis económicas.
El 26 de diciembre de 2019 se produjo un eclipse anular de Sol en el grado 4 de Capricornio en conjunción con Júpiter, cuya sombra barrió gran parte del territorio chino. Tan solo cinco días más tarde se alertaba a la Organización Mundial de la Salud (OMS) del brote de una enfermedad viral que provocaba neumonía y que comenzaba a extenderse de forma muy preocupante. Recién estrenado el año, el día 10 hubo un eclipse penumbral de Luna a 20º de Cáncer y, dos días después, el 12 de enero, tuvo lugar la anunciada conjunción entre Saturno y Plutón en el grado 22 de Capricornio, precisamente el mismo día en el que se dio a conocer la secuencia genética completa del virus.
El ciclo Saturno Plutón tiene una duración de unos 33 años aproximadamente. ¿Qué tiene de peculiar la conjunción ocurrida en 2020? Por un lado, se da en el entorno de un stellium. En el mismo signo de Capricornio, se encuentran también el Sol, Mercurio y Júpiter, y todos ellos están en paralelo de declinación con Marte, que se suma para aunar fuerzas. A esto se añade que se encuentran en una declinación bastante elevada por hallarse cerca del eje solsticial, así que, la concentración de energía es muy potente.
Esta conjunción Saturno Plutón ha venido a remover los cimientos de las estructuras de poder, tanto políticas como económicas. Lo primero que evidenció la crisis sanitaria fue la debilidad de nuestros sistemas de atención sanitaria para afrontar este gran desafío para el que no estábamos preparados. La mayoría de los países no contaba con recursos suficientes para dar una respuesta adecuada.
Ante la falta de previsión, la pandemia ha resultado perfecta para provocar una crisis de asombrosas dimensiones. Este virus ha logrado doblegar a la humanidad entera. Los gobiernos han tenido que hacer verdaderos malabarismos para intentar parar la epidemia; se trata elegir entre salvar vidas o sostener el sistema económico. Un equilibrio que se tambalea continuamente debido a los sucesivos brotes. A pesar de los esfuerzos, la crisis económica no se ha podido evitar y muchos países ya han entrado en recesión.
Otro ciclo que se está renovando es el de Júpiter Plutón, que ocurre cada 13 años aproximadamente. La primera conjunción se produjo el 5 de abril, coincidiendo con uno de los momentos álgidos de la crisis en Occidente. Este ciclo está relacionado, entre otras cosas, con un cambio en el sistema de valores y con las reformas sociales. Los estados intentaban conseguir material sanitario a toda costa en un mundo desabastecido. La primera respuesta consistió en un «sálvese quien pueda» o el «todo vale». Salieron a la luz actitudes que mostraban unos valores éticos censurables; pudimos ver comportamientos absolutamente insolidarios. Se acaparaban bienes sin sentido; se realizaban ventas fraudulentas; se adquiría material defectuoso o no homologado, etc. Poco a poco se ha ido comprendiendo que esta crisis no entiende de fronteras, que en un mundo tan interconectado o salimos todos juntos de esto o no salimos. También se ha puesto en cuestión la actitud de determinados gobiernos con líderes populistas que primero negaron la gravedad de la situación, apelando al patriotismo para evitar un desplome económico, pero que, al final, no han tenido más remedio que aceptar que lo más acuciante es salvar vidas. Su falta de realismo ha hecho que sus países se encuentren entre los más afectados por la pandemia.
Esta crisis también ha hecho mella en las distintas religiones: se han evitado las ceremonias y se han modificado los ritos. La imposibilidad de celebrar funerales para las víctimas del COVID-19 ha añadido aún más dolor a los duelos por los seres queridos.
La última conjunción del 12 de noviembre entre Júpiter y Plutón puede estar apuntando definitivamente a la muerte de un sistema de valores caduco. Lo que la actual crisis está poniendo de manifiesto es que la única vía para salir de ella es la solidaridad.
Todo esto se está viviendo con una enorme tensión. Marte, que hizo conjunción en los primeros meses del año con cada uno de estos planetas lentos, añadió más estrés. En estos momentos está realizando la cuadratura desde Aries, signo en el que permanecerá hasta ya entrado el 2021. Se han producido, y se siguen produciendo, disturbios y protestas en países como Estados Unidos, donde la crisis está teniendo una gran incidencia. Las crecientes dificultades económicas pueden aumentar y provocar más disturbios. Pero también crece la tensión entre las dos grandes potencias, Estados Unidos y China, por el cruce de reproches y acusaciones mutuas.
De entre todos los ciclos que se inician este año, sin duda, el más importante es la próxima conjunción entre los cronocratores, con la peculiaridad de que se da a su vez un cambio de triplicidad. Estamos cerrando el ciclo tierra que comenzó en 1802 y que coincidió con la Revolución industrial. Este periodo ha supuesto el nacimiento y auge de un modelo económico, el capitalismo, que ahora se enfrenta a una gran crisis.
Júpiter y Saturno ya hicieron una primera incursión en la triplicidad de aire, concretamente en el signo de Libra, en 1981. Se trataba de una conjunción precursora que, de alguna manera, sentó las bases de lo que iba a suceder después. El elemento aire supone una reorientación del eje del mundo hacia Oriente. Completamos ahora el ciclo de alrededor de 800 años en el que los cronocratores recorren los cuatro elementos. El anterior ciclo de aire se inició allá por el 1226 y coincidió todo él con la época del Imperio Mongol fundado por Gengis Khan. Se asistió a un debilitamiento del sistema feudal, un crecimiento y desarrollo de las ciudades y a una expansión del comercio; también surgen las primeras universidades.
Coincidiendo con la última conjunción en aire de principios de la década de los 80, comienzan a popularizarse los ordenadores personales. Por otro lado, se lanza al mundo el sistema de telefonía móvil tal y como lo conocemos hoy y aparecen con él los móviles de primera generación. Se empiezan a efectuar lo pagos virtuales a través de las tarjetas de crédito que sustituyen poco a poco al dinero en metálico.
¿Qué podemos esperar de esta entrada de los cronocratores en el signo Acuario?
La pesadez de la tierra deja paso a la ligereza y a la inmediatez del aire, todo se vuelve mucho más ágil. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación contribuyen a la implantación teletrabajo, que se ha generalizado de una manera que parecía impensable hasta ahora. Todo esto supone también una brecha social, porque hay quien puede teletrabajar y quien no. En un momento como este, los que teletrabajan tendrán menos riesgo de contagio al estar menos expuestos.
Por otro lado, se desarrollan técnicas cada vez más sofisticadas de rastreo y vigilancia. Estamos ante una preocupante pérdida de privacidad en aras de la seguridad. El estado se convierte en una especie de Gran hermano; este ha sido el caso de China, que está desplegando este tipo de herramientas tecnológicas para el control de los ciudadanos, algo que parece funcionar para rastrear los brotes de la enfermedad, pero existe la posibilidad de que, tras la pandemia, se normalice esta vigilancia masiva.
El verdadero poder ya no está en la posesión de oro, de dinero en metálico o de bienes tangibles. Los datos son ahora un valor económico que genera riqueza. Actualmente, el poder se centra en la confluencia de la neurociencia, por un lado, y el big data, por otro; es lo que se conoce como «economía de la atención». Se trata de orientar las decisiones de los ciudadanos en un sentido u otro, lo que no es otra cosa que manipulación. La próxima conjunción entre Júpiter y Urano, que tendrá lugar en abril de 2024, seguramente pondrá sobre la mesa la necesidad de legislar sobre la gestión de toda esta información y de aplicar otros principios éticos.
Acuario nos sitúa, también, en un mundo de robots que intentan emular al ser humano, incluso superarlo en la resolución de problemas. Esta Inteligencia artificial podría estar al servicio de la humanidad para resolver los problemas más acuciantes, uno de ellos podría ser el cambio climático, aunque hay también una corriente más cercana a la ciencia ficción que hablaría de una dominación de las máquinas.
Este nuevo paradigma no se va a implementar de un día para otro sino que se irá consolidando poco a poco, pero indudablemente se están sentando las bases de una época bien distinta a la que dejamos atrás.
También son signo de los nuevos tiempos los avances científicos y farmacéuticos. La vacuna para prevenir nuevos contagios estará disponible seguramente tras la conjunción de los cronocratores.
En el lado positivo, Acuario es el signo humanista y, en ese sentido, es posible que se desarrolle una cooperación internacional fundamental para controlar una crisis de este tipo en lugar de continuar actuando de manera aislada. Esperemos que se entienda.
Será interesante ver lo que sucede cuando Saturno se encuentre en cuadratura con Urano a lo largo de 2021. Ahí cobrará relevancia el enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo, pero también entre los derechos individuales y el control del estado.
Veamos ahora qué puede suceder en distintas partes del mundo.
CHINA
China es la potencia emergente a la que parece favorecer el cambio de triplicidad.
Si hacemos un repaso de lo que ocurrió en el gigante asiático durante la pasada conjunción en aire, nos encontramos con que, cuando el mandatario chino Deng Xiaoping accede al poder en 1978, se encuentra con un país en el que el 90 % de la población está sumido en la extrema pobreza. A principios de los 80, pone en marcha la reforma económica que ha obrado al milagro chino.
En la carta de República Popular China vemos que Júpiter, regente de casa II, se vio afectado por la conjunción entre Saturno y Plutón de principios de año. Por primera vez en años la economía china se contrajo, aunque ya ha vuelto a crecer. China reaccionó de forma rápida y contundente ante la epidemia, aplicando medidas restrictivas sin problemas, porque en una crisis como la actual el freno a la epidemia solo ha funcionado con políticas de control y restricción de movimientos de la población.
El hecho de que la próxima conjunción de Júpiter y Saturno caiga exactamente sobre el Ascendente de la carta del país hace suponer que el nuevo ciclo político y económico se sincronizarán de manera perfecta. Además, hará trígono al Sol de la carta.
ESTADOS UNIDOS
Como contrapartida, Estados Unidos ha sido uno de los países que peor ha gestionado la crisis. Durante todo este tiempo ha quedado al descubierto la debilidad de su sistema de salud que deja sin atención a millones de ciudadanos. El lema del presidente Trump ha sido «Estados Unidos primero», algo que carece de consistencia cuando se trata de dar es una respuesta global a los grandes desafíos del momento. Para el país americano, este periodo coincide con su propio ciclo de Plutón, que se completará en 2022. Estados Unidos ha sido el paradigma del modelo económico de capitalismo y Plutón en Capricornio tiene mucho que ver con esto. Ahora el país tiene una cita electoral importante, en la que parece que podría darse juego sucio. Tras las elecciones se producirá la última conjunción, y definitiva, entre Júpiter y Plutón que, como hemos señalado más arriba, instará a renovar los valores, incluido el patriotismo.
Todos los planetas que transitan por Capricornio hacen oposición al stellium en Cáncer, especialmente a Mercurio, el regente de la carta.
EUROPA
André Barbault aseguraba que el ciclo Júpiter Saturno resuena especialmente en Europa. Si echamos un vistazo a lo que ocurrió en el continente con la conjunción en aire de los cronocratores en 1981, comprobamos que se caracterizó por un impulso hacia la unión política de Europa.
¿Y qué pasaba en esta parte del mundo en ese momento? Comenzó el mandato de François Mitterrand en Francia. Al año siguiente, Helmut Kohl fue elegido canciller de la República Federal Alemana y Felipe González nombrado presidente del Gobierno en España. Estos tres políticos fueron unos europeístas convencidos que trabajaron para impulsar la unión política de Europa. Por otro lado, en noviembre de 1982, murió Leónidas Bresniev, el último representante de la vieja URSS, ya que ninguno de sus dos sucesores inmediatos, Yuri Andropov y Konstantin Chernienka, permaneció en el poder el tiempo suficiente tiempo para dejar su impronta. Tras ellos llegó Mijail Gorvachov, el verdadero artífice del cambio en la URSS. Vemos cómo se fueron colocando las piezas que serían fundamentales en lo que iba a suceder en noviembre de 1989 cuando Júpiter y Saturno realizaron la oposición, el momento clave en que se produjo la caída del muro de Berlín y se desmoronaron los países del bloque comunista. Este acontecimiento dio lugar a una nueva realidad europea, con la unión de las dos Alemanias, y a un nuevo orden mundial. La promesa de la conjunción se hizo realidad durante la oposición.
Cuando Júpiter y Saturno realizaban un trígono, los dos en signos de Aire (Libra y Acuario) en 1993, se firmó Tratado de Maastricht que significó un paso muy importante en el camino hacia la unión política europea ya que, entre otras aportaciones, introdujo el concepto de «ciudadanía europea».
En los últimos años, con la vuelta a la triplicidad de tierra, en el año 2000, de los cronocratores, la apuesta volvió a centrarse en lo económico con la implantación del euro como moneda única, y acaba este ciclo con la traumática salida del Reino Unido que supone una merma en el territorio y en la riqueza de la UE. No obstante, el Brexit puede facilitar el camino hacia la Unión de los países del continente, ya que el Reino Unido ha sido, en cierto modo, un lastre permanente para su consecución.
En la reunión extraordinaria del Consejo Europeo que tuvo lugar entre los días 17 y 21 de julio de este año, se ha aprobado un plan de reconstrucción histórico, con unas ayudas económicas de una enorme envergadura que marcan un antes y un después en la cooperación europea. La conjunción de Júpiter y Saturno en Acuario puede suponer un nuevo estímulo para Europa y el inicio de un periodo de mayor cooperación entre estados; de lo contrario, caería el aislamiento nacionalidad.
La conjunción caerá muy cerca de la Luna, regente del Medio Cielo y, por tanto, del poder, además de hacer sextil al Sol y a Venus, regente de la carta y de casa VIII que es el dinero de los socios y los préstamos.
ESPAÑA
En España, de forma paralela a la crisis sanitaria y económica estamos asistiendo a una crisis institucional. Se está cuestionando la monarquía que ha entrado en la peor crisis desde su restauración en 1975, debido a los escándalos por fraudes fiscales y blanqueo de dinero por parte del Rey emérito.
Curiosamente, tanto el padre como el hijo tienen el Medio Cielo a finales de Capricornio. Cuando el rey Felipe renunció el pasado 16 de marzo a la herencia de su padre y le retiró la asignación económica que percibía, Saturno estaba a 29º de Capricornio. El rey en activo ejerce su autoridad sobre su padre que ahora ya no es el rey.
Si nos fijamos en la carta de la Restauración de la Monarquía en España, que tuvo lugar el 22 de noviembre de 1975, tras la muerte de Francisco Franco, vemos sobre el Ascendente de la carta y es justo el mismo grado donde se dará la conjunción de los cronocratores.
El pasado eclipse de Sol del 21 de junio tuvo lugar en el 0º de Cáncer sobre el Marte de la carta que es el regente del Medio Cielo.
Por otro lado, Plutón entrará en el signo de Acuario en 2023 aunque no realizará la oposición exacta al regente de la carta, Saturno, hasta 2025. No olvidemos que Acuario es el signo opuesto a Leo y, por tanto, contrario a la monarquía.
Desde luego comienza también un tiempo nuevo para esta institución que, de alguna forma está intentando reinventarse, desligándose del pasado. Si no es posible dar una imagen distinta y adaptarse a los nuevos tiempos, seguramente caerá.
© 2020 Esmeralda Varón Saavedra
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Texto de la presentación realizada en «Conversaciones mundanas. Encuentros de Astrología Global», organizadas por Adolfo Gerez, el 8 de agosto de 2020.
Un comentario sobre “Los ciclos planetarios de 2020”